Hace un tiempo vengo pensando como expresar lo que significó para mi vida Jorge, y la verdad que hay tanto para expresar que es difícil saber por dónde empezar y que palabras utilizar, ya que si bien es un testimonio podemos decir que Jorge vivió dando testimonio de la Fe hacia Dios, de vivir en Gracia, era tal su felicidad que contagiaba y convencía a todo el que se le acercaba.
Hoy después de tanto tiempo puedo decir orgulloso y con seguridad que conocí a la persona que me hizo vivir parte de mi niñez y adolescencia, momentos eternos de felicidad compartiendo con Dios, en Gracia y con un grupo maravilloso de amigos que nuestra cabeza, nuestra guía era Jorge. Para mí fue un hermano mayor, ya que no tengo hermanos, que estaba en el momento indicado con la palabra justa para ayudarme en lo que necesitara. Muchas veces era solo ver su vida y como actuaba para encontrar las respuestas que uno requería, sobre todo en los detalles estaba Jorge, al día de hoy tengo su foto en mi mesita de luz al lado de mi cama, para recordarlo siempre.
Hasta el día que nos dejó en la tierra, a pesar de la profunda tristeza y la enorme pena de pensar que no lo iba a tener más al lado mío como persona, sentía PAZ, de saber que estaba al lado de Dios y de la Virgen, de saber que iba a seguir iluminando a todos los que lo habíamos conocido y compartido una parte de su vida, de saber que iba a seguir guiándome desde el cielo. Cuando vi la toda la gente que vino a su despedida, y lo compungida que estaban, tomé magnitud de lo que significaba Jorge en la vida de muchos, y lo bendecidos que fuimos de compartir tantas cosas a su lado.
Lo conocí en la Acción Católica en la Iglesia Santa Catalina de Siena, en el año 94 o 95. Con la excusa de jugar a la pelota, varios chicos de catequesis nos unimos a la institución, y luego fuimos llevando más amigos del barrio. Éramos un grupo de varios chicos cuando Jorge se unió y empezó a tener más relación con nosotros. Todo arrancaba por la pelota, y Jorge jugaba muy bien, siempre nos acompañaba en los partidos que hacíamos al costado de la Parroquia o en la plaza que estaba a unas cuadras. Y luego teníamos reunión en las aulas de la Iglesia. Estaba siempre al tanto de como estábamos, si alguno tenía un problema familiar, escolar, personal o de cualquier índole que nos afectara se daba cuenta, y pasaba un buen rato hablando con nosotros para encontrar una solución a través de Dios, rezando y nos incitaba mucho a confesarnos.
Era muy humilde, siempre sencillo, nos hacía ver que con lo que teníamos y amando a Dios era suficiente. Quería y nos alentaba a tomar siempre la eucaristía, inclusive cuando estábamos en vacaciones, como no íbamos al colegio nos hacía participar de la misa entre semana. Y siempre colaborar en lo que hiciera falta en el Iglesia. Inclusive lo ayudamos a pintar la Iglesia Lujan de Sarandí, aunque con la compañía de él no fue un trabajo sino nos divertimos colaborando.
Una de las cosas que me quedó grabado de por vida fue cuando fui por primera vez caminando a Lujan a los 13 o 14 años, nunca había ido, Jorge nos animó a todos a ir y vivir la experiencia de la caminata. Ya en el último tramo, cuando faltaban pocos kilómetros para llegar, estaba muy cansado y dolorido, estaba caminando con un bastón, y Jorge me acompañaba. Tenía ganas de dejar de caminar, todo el tiempo me acompaño y me alentaba para que continuara, preguntaba cuanto faltaba y me decía “Ya llegamos, no aflojes, dale que falta poco”. En un momento con el deseo de llegar me adelante un poco y cuando se me acerco me dijo “Vez, vas más rápido que yo”. Ya casi por llegar en el último tramo, me sentaba por las casas cercanas a la Basílica o en el cordón de la vereda, me esperaba y alentaba para continuar, nunca me dejo solo. Las ultimas cuadras fuimos rezando el rosario, llegamos juntos, Jorge me demostró que con Fe y ganas se podía lograr lo que quisieras.
Nuestra pasión era el futbol, siempre que nos juntábamos una pelota tenía que haber, sino inventábamos un balón con lo que tuviéramos a mano. A pesar de tener carácter Jorge siempre tenía mucha paciencia para todo, si se enojaba era porque nos habíamos mandado una macana grande, siempre logro que no peleáramos y fuéramos amigos apoyándonos unos a otros. Una cosa particular que me paso el año pasado, en el 2022, año del mundial. Mi madre encontró un álbum viejo de figuritas del mundial 90, que tenía a medio completar, no estaba en buen estado, pero estaba casi completo. Lo guardaba en mi mesita de luz, en el cajón debajo de la foto de él, y lo sacaba para mostrarle algún amigo que venía de visita a mi casa. Luego del primer partido, en el cual la selección perdió 2 a 1, encuentro que la figurita de la copa del mundo se había desprendido del álbum y estaba en el piso, por lo cual la coloqué en el marco de la foto de Jorge, y le pedí que por favor que intercediera para que pudiéramos ganar la copa, para hacer feliz a todo el pueblo Argentino que estaba viviendo realidad difícil, y en particular a nosotros que siempre tuvimos la pasión por el fútbol. Partido a partido le pedía que ganáramos, y cuando salimos campeones primero que todo le agradecí a él.
Otra gran pasión nuestra era la música, Jorge tocaba la guitarra, y muchas veces cantábamos con él en las reuniones. Nos acercó y animo a muchos de nosotros a escuchar música cristiana y tocar la guitarra. El estilo que le gustaba era rock de los 60 y 70. Recuerdo cuando fuimos a la casa, tenía varios cassette de los Beatles, cada tanto tocaba y nos cantaba un poco ya que éramos bastantes insistentes y nos gustaba escucharlo, era un excelente músico.
Cada reunión siempre había un tiempo para rezar, estuviéramos donde estuviéramos. Ya sea antes de alguna actividad o luego. En una oportunidad, cerca de Pascua, nos juntamos en la Iglesia y nos hizo llevar una cruz de 2 metros por el barrio e íbamos rezando. Nos daba vergüenza sinceramente, porque muchos de los chicos que nos conocían nos veían y se reían, pero Jorge tenía mucha convicción y nosotros lo seguíamos siempre, era nuestro guía en todo momento.
Cuando nació mi primer hijo, estuvo internado su primera semana, y le pedí a Jorge para que lo proteja y se recupere así estaba con nosotros. Luego de unos días lo tuvimos que internar nuevamente y de vuelta le pedí a Jorge para que este bien. Gracias a Dios mi hijo se sobrepuso y hoy goza de buena salud. No me cabe duda que Jorge intercedió para que se recupere.
Cada tanto veo su imagen y hablo con él para que nos proteja, que interceda por nuestros amigos o conocidos que tengan problemas de salud. Hace poco un compañerito de jardín de mi hijo tuvo un accidente muy grave y tanto mi esposa como yo le pedimos a Jorge para que interceda y este chico adolescente se pueda recuperar. Es un chico que va al colegio French de Avellaneda, se hizo muy conocido el caso. Le habían dado muerte cerebral, y milagrosamente se pudo recuperar, aunque mucha gente pidió por este joven, sé que Jorge aporto su parte para que ocurra este milagro.
Fue una persona muy carismática, humilde, detallista, iluminada, inteligente, convencido de sus ideales y su amor al Espíritu Santo. De grande entendí lo magnifico que fue Jorge, como mencioné antes, no solo con la cantidad de gente que fue a su despedida, sino como prevaleció su historia a través de tiempo, inclusive al día de hoy. Estoy convencido de que vivió una vida de santidad, que dejó una huella enorme en este mundo, en un montón de personas que lo conocieron en diversas circunstancias y pudieron compartir un rato con él.
Representó en mi vida un hermano mayor al cual podía observar y aprender de su sabiduría, de su carisma y sobre todo de su temple. Era muy piadoso con todos, inclusive cuando nos portábamos mal. Todo el tiempo demostraba su amor a Dios y la Virgen, su corazón era transparente y solidario. Al día de hoy siguen apareciendo anécdotas de su vida que nos sorprende lo inmenso que era Jorge, que con el tiempo paso a ser Jorgito, como le decimos actualmente.
Su fallecimiento me lo comunico mi madre, sonó el teléfono muy temprano un domingo en casa, el día anterior habíamos compartido toda la tarde con él. En el momento no tome magnitud de lo que había pasado, por ahí al no verlo hacia que lleve la noticia más ligeramente, pero a medida que nos fuimos juntando con mis amigos, y fuimos avisando lo que pasó, empecé a tener una profunda tristeza. Cuando llegamos al velatorio y vi el cajón sentí literalmente como se cayó mi mundo, sin duda fue uno de los días más duro y doloroso de mi vida. Luego de llorar tanto y abrazar un sinfín de personas apenadas por su partida sentí la paz que mencioné antes. Esa misma paz sentía luego cada vez que iba a visitar su tumba, le decía que lo extrañaba pero que también seguro estaba en un lugar importante haciendo bien al mundo, ayudando a muchas personas que lo necesitaban más que yo. Ir a visitarlo en el cementerio era un lugar donde sentía una calma inmensa y podía hablar con él, posiblemente muchas cosas que no pude hablarlo cuando lo tenía al lado, pero tenía la fe que no me dejaba solo, que seguía teniendo su compañía inquebrantable.
Por ultimo agradezco a Dios que fui parte de su vida, por todas las enseñanzas que me dejó y sigue dejando, por dejarme marcado mi corazón con su amor, por seguir estando, y más vigente que nunca, después de tanto tiempo. Lo sigo extrañando un montón, pero sé que Jorgito sigue estando al lado mío.
ALABADO SEA JESUCRISTO!!!
Viva la JAC!!