Familia

ImagenMercedes (Madre)

¿Cómo era tu relación con Jorge?

Con Jorge podía tener la mejor de las relaciones porque te entendía todo y si estaba muy excedida trataba de calmarme y buscaba de una mesa la mejor esquina para que vos entendieras. Por ejemplo, si vos decías es verde, es verde, cuando terminas te decía no te parece que es un poco gris, a ver míralo de allá.

Después comenzábamos charlando de cualquier cosa, él siempre buscaba el equilibrio. Estaba en todas las cosas: era un poco hermano, hijo, amigo. Él entendía absolutamente todo. Más de una vez era primero en ver las cosas positivas. “No te aflijas” siempre decía.

De su personalidad recuerdo la bondad, era bueno, decía no te aflijas, en el medio siempre está el Cristo, era cristiano, amaba a Cristo. Yo digo a veces, que creo que era su tiempo de partir, no sé si es para consolarse o para justificar ciertas cosas, pero para mí era su tiempo.

Él tenía presente todo el tiempo a “los chicos”, yo le preguntaba ¿a dónde vas?, y siempre iba con ellos, los nombraba tanto que parecían hijos de él y cuando yo los veía eran grandes.

¿Crees que tuvo una vida de santidad?

Yo creo que él sí, tuvo una vida de santidad. No sé, hay que ver si logra llegar hasta allí para merecerlo, no sé, pienso que hasta de donde salió la muerte, él la hubiera justificado, diría era la hora, como el Cristo cuando estaba colgado sabía lo que le iba a pasar.

Creo que no era exactamente para él el tiro porque no nos asaltaron y no se acercaron a nosotros. El asunto era con unos chicos a los que le querían sacar la moto y los tiraron a la vereda, yo estaba observando, y bueno uno intentó levantarse y le dijo quédate y se fueron, otro se levantó y se cruzó, y el que iba en moto se dio vuelta, apuntó y tiró como para que tuviera miedo o para agarrar al que salió corriendo.

Él llegó vivo al hospital, hablando, yo le decía: Jorge pedile a tu amigo, todo va a pasar, te van a sacar la bala y te van a echar, ¿te duele? poquito respondía, lo llevaban acostado sobre uno de los chicos.

El médico me dijo que no se hubiese salvado porque la bala caminaba y le cortó la aorta y la cava y se le incrustó en la ingle.

¿Qué huellas dejó en vos?

No sé si se la vi o si la tomé, pero la huella que me dejó fue la piedad. Él era tan bueno que ni al propio que lo mató lo iba a odiar, por eso dice que la caridad bien entendida empieza por casa, a mí no me sorprende, uno en busca de la verdad se equivoca muchas veces, pero el perdón y la piedad es lo que siempre queda y es lo que te ayuda. Si vos no haces mal morís en paz.

Otros dicen que hay que hacer lo que Dios manda, a mí me parece tan fácil eso. Jorge fue maravilloso, haberlo conocido, haberlo tenido, hasta para nacer fue maravilloso, fue un regalo. Él, sobre todo, era cristiano y trataba de inculcar eso y de enseñarlo, “Ma es cristiano porque viene de Cristoooo”.

Era obediente, yo siempre recuerdo esta anécdota que tiene que ver con esto: yo andaba en bicicleta siempre e iba haciendo compras y eran pesadas, un día enojada le dije que él tenía estar atento cuando yo apenas doble en Mitre (a 15 cuadras de casa) y tenía que estar atento para correr y ayudarme y así fue: él me esperaba en la esquina y cuando me veía, me venía a ayudar.

Él se ocupaba de todo, no me puedo quejar, tengo que dar gracias.

La sencillez rodeaba su vida: una vez me contó “dicen los chicos que van a vestirse igual que yo así sin ninguna etiqueta” porque yo lo retaba porque le decía que no estaba bien, que se arregle un poco más, que cuide su forma de vestir, pero él me decía que, así como estoy medio medio todas las chicas lo seguían.

ImagenRoberto Perez (Hermano Mayor)

Años después hablando con Rodrigo Santamaría, amigo mío y que conocía a Jorge del taller porque venía todos los días, fue uno de los que estaba cuando lo llevaron al hospital lo asistió cuando recibió el disparo y le decía: “ahora los vamos a matar a esos hijos de puta”, y Jorge les dijo: “no tienen que hacer nada porque yo ya los perdone, no sabían lo que hacían”.

¿Cuando viste en el que podía ser un santo?

Primero analice todo como se fue dando, porque justo le dio a él y no a las otras personas que estaban a su alrededor.

Luego de eso, fue un proceso de años porque estábamos desilusionados. Yo particularmente estuve vacío mucho tiempo y después sabiendo de la vida de él, como era con nosotros, siempre con la presencia de Dios en cualquier circunstancia del día, bendecía los alimentos, cuando lo jodemos con las novias, él siempre estaba con Cristo. Mis amigos siempre se acuerdan esa presencia de santidad que había en él.

A medida que fui conociendo la iglesia me di cuenta que no tiene nada que envidiarles a los santos. Empecé a leer los libros que eran de Jorge, de Jose Maria y desde el primer día me di cuenta que era un santo, te das cuenta con los testimonios de las personas. Solo faltaba publicarlo. Además, comencé a estudiar a Santa Clara Badano, Carlos Acutis y descubrí que Jorge tiene un montón de actitudes que se van manifestando, que vivía la vida de manera heroica en todos los aspectos de su vida, en la escuela, en la parroquia, jugando a la pelota.

El último sueño que tuve fue que me aparece él, yo siempre pensaba dónde estará, porque estudio sobre el reino de los cielos, las almas del purgatorio. Se me apareció en casa, apoyado los brazos sobre la puerta, y dijo: “no te preocupes más Roberto yo estoy bien”, y se fue caminando para el lado de Méndez hacia la esquina. Yo estaba durmiendo y me levanté como estaba en calzoncillos caminando para la esquina para ver si se iba, y eso me tranquilizó bastante. Los Santos llaman a eso la noche oscura, y a veces nos toca. Él me vino a decir que estaba bien, y después de tanto estudiar me di cuenta de que era verdad. Uno está acostumbrado a todo tan terrenal que se nos pasan por alto los signos sobrenaturales que se nos aparecen. La realidad material nos tapa la visión sobrenatural de la vida que tenemos en Dios, por eso muchas personas no veían en Jorge es porque no tienen la presencia de Dios.

Dejó un monto de huellas, contento, tuve la suerte de vivir con un santo sin darme cuenta, él era una persona especial yo no quería más hermanos porque cuando nació Gaby (mi otro hermano menor) lloraba mucho, y cuando nació él era tranquilo, seguramente habremos andado en bici, todos los años de angustia que me dio perderlo me hizo olvidar cosas. Él me dejó la presencia de Dios, la tranquilidad, y me metió en la Iglesia, tardó la conversión, pero acá estamos. Ese Dios que él predicaba te da la esperanza de volver a verlo. Contento de haberlo tenido, me apena haberlo perdido, pero sabemos que está y nos ayuda desde el cielo. Era una persona extraordinaria.

ImagenMarianela Perez (Sobrina)

El tío se sentaba a merendar y ayudarnos con las tareas. Yo desprolija pintando y él con todo su amor y paciencia explicándole que tenía que ser prolija y tener paciencia que todo sale bien. Mi dibujo tuvo un excelente 10 fue algo que me quedo súper marcado, sus palabras de dedicación y paciencia tienen un gran valor.

ImagenSonia Marecos (Vecina)

Era una persona solidaria, pura en su mirada y forma de ser. Pese a todo lo que consideramos “malo” y “feo” del mundo, a él, yo lo observaba que no había perdido su esencia, su forma pura de ser; siempre con una sonrisa en su cara y amabilidad, que era algo que lo caracterizaba; y recalco NUNCA lo perdió. la huella que dejó en mi vida fue que uno no debe perder la esencia y forma de ser, ya que, si uno debe partir, lo que les queda a los otros de uno es lo que fue como ser humano en este mundo.